Ana comenzó a los tres años a participar en la fiesta desde la barraca Colps i Trons que fundó su abuelo. Más tarde, estuvo hasta los 20 años (con algún parón) en la barraca Tot per la Festa, donde sus tíos son socios. En 2015, decidió dar un paso más y se apuntó en la hoguera Carolines Baixes donde fue belleza y posteriormente madrina. En 2019 regresó al mundo de la fiesta de la mano de su  actual comisión, La Condomina.  En la actualidad prepara las oposiciones de su carrera, Trabajo Social, mientras lo compagina trabajando días sueltos y procura terminar el grado de Psicología.

Los días de hogueras del ejercicio pasado son un recuerdo muy presente para ella: “Creo que volver al mundo de la fiesta apoyada por tu comisión hace que cada momento que vivas en hogueras lo disfrutes, con cargo o sin él. La semana grande de hogueras fue una de las experiencias más bonitas que he vivido hasta el momento y fundamentalmente ha sido gracias a ellos, así que en el futuro espero poder seguir con mi hoguera, aportando mi granito de arena para que nuestra comisión siga creciendo como hasta ahora”.

También recuerda momentos divertidos, “El día de la presentación, pese a la ilusión que teníamos todos, también primaban los nervios. Al nombrarme para ponerme la banda de belleza, a mi presidente le jugaron una mala pasada los nervios y la colocó del revés, al intentar arreglarlo, siguió colocándola mal y al final y tras varios intentos fallidos, salió al escenario una comisionada a colocarla ella. La gente pasó un rato divertido y aunque en ese momento me pareció un ‘tierra trágame’, ahora lo recordamos entre risas”.

Ana vive con máxima intensidad las fiestas : “gracias a cada acto, la ciudad se prepara poco a poco para los días grandes de junio. Los fines de semana de ese mes, donde se inauguran las primeras mascletás para ir abriendo boca, son unos de mis instantes favoritos y la Nit de la Cremá donde todo culmina, es uno de los momentos más mágicos que podemos vivir los alicantinos”.

No está de acuerdo en que se estereotipe la figura de la belleza: “Las chicas están muy preparadas y cada una destaca por una cualidad que la hace única, pero me preocupa que el protagonismo de la figura de la belleza pueda llegar a eclipsar la importancia del monumento. La mujer juega un gran papel en nuestra fiesta, pero no debemos olvidar que sin el monumento la fiesta no existiría”.

Si consiguiera ser una de las elegidas en la gala de mayo, se alegraría principalmente por su comisión: “todo habría sido gracias a su apoyo incondicional que para mí es esencial para poder disfrutar de esta experiencia. Y llevándolo al plano familiar, me alegraría por mis abuelos ya que su pasión por la fiesta me la han transmitido desde pequeña”. Su traje regional es de Jose Fiesta y el traje de la Gala del Puerto, de Rubén Hernández.

Espera poder vivir de nuevo la etapa de candidata desde otro punto de vista, sin tantos nervios y más curtida en algunos actos: “espero disfrutarla al máximo rodeada de gente que te apoya y quiere que esta experiencia sea inolvidable. Quiero agradecerle a mi comisión el esfuerzo que están haciendo para seguir creciendo cada año y sobre todo, por dejarme disfrutar este año como una belleza merece. Toda mi ilusión se la debo a ellos. ¡Gracias!»