El Foguerer se entrevista con los favoritos para ganar el primer premio de la sección especial en las Fallas de Valencia

Iniciamos nuestras visitas en la inigualable falla de Plaza del Pilar, exactamente en el instante en el que están coronando esta gran falla insertando la pieza de más altura. Gruas, trabajadores, falleros y una plaza abarrotada de público contemplan el espectáculo.

Y es que las fallas del joven Paco Torres son precisamente eso, un puro espectáculo. Una explosión de arte, color, figuras con sello personal que siguen una línea y estilo, que es muy bien recibido por el público valenciano.
Fallero de esta misma plaza desde que tenía tan solo cinco años, y llevado de la mano de la persona más importante de su vida, su madre, vivió en primera línea los grandes años que esta falla dejó para la historia, siendo centro de atención máxima para lugareños y visitantes.

Se despertó en él lo que hoy considera su gran pasión, se unió al Gremio de Artistas de Valencia , y comenzó su andadura por diversos talleres de grandes maestros del arte efímero, como Julio Monterrubio, Alejandro Santaeulalia (donde fue ocho años encargado del taller) y Miguel Santaeulalia.

Pero un día sintió que había llegado el momento de volar en solitario, exactamente hace seis años, y con 33, se lanzó a la aventura comenzando por la falla San Marcelino, que a día de hoy sigue realizando, llegando a su punto álgido el año pasado, debutando en especial, en su casa, su falla, la Plaza del Pilar.

Obtuvo el segundo premio por parte del jurado calificador, aunque siente que fue el ganador del público que pudo contemplar su falla, una obra imponente, de composición impecable y estilo muy valenciano, que nada tenía que envidiarle a las grandes obras que por esa plaza, han pasado a lo largo de la historia.
Paco considera que para poder avanzar en este duro camino también se ha de ser autocrítico, y en esta obra del 2018, en la que actualmente está a punto de finalizar su plantà ha intentado, junto a su gran equipo, aprender de los errores del pasado para que su obra luzca todavía con más solera en esta demarcación.

Paco, pese a que vive momentos en los que la adrenalina fluye, también tiene tiempo para hablarnos de temas de actualidad, como lo es, la “exposició del Ninot”. Considera que se ha realizado un gran esfuerzo por parte de los compañeros realizando grupos de gran nivel, e inversiones económicas, para mostrar a los visitantes lo mejor de ellos, ayudando así a la promoción de la fiesta de las Fallas a nivel internacional, y también nos reconoce, que ese esfuerzo en ocasiones no se ve recompensado por parte de la delegación de Fallas, la que considera que debería aunar criterios y comenzar un diálogo para obtener resultados distintos en cada una de las secciones.

Con respecto a Alicante, nos habla desde el cariño, y eso se nota, tiene ganas de torear en esa plaza, le encantaría tener la oportunidad de adaptarse, respetando nuestra idiosincrasia independientemente de la categoría en la que militara en su debut. Nos comenta que «hay muchos hábitos de la historia del arte que están aún sin desarrollar, muchísima documentación que podría adaptar con innovaciones». Sin lugar a dudas, sería toda una alegría poder contar con un artista de su talla en nuestra ciudad.

Paco Torees, un firme candidato al oro …

¡Muchísima suerte!