Desde pequeñita Miriam miraba y admiraba a las mujeres que vestían sus trajes de novia alicantina. También desfiló en alguna ofrenda y en Hogueras ha disfrutado de cada acto, pero sin estar integrada plenamente. En 2016 accedió a la comisión  de Sant Blai de d’Alt, donde fue Dama  y en 2018 volvió a ser Dama, esta vez en su foguera, Gran Via Garbinet, donde este 2019 ha ocupado el cargo de belleza.

Actualmente está terminando el Grado en Periodismo, una profesión por la que siempre ha sentido mucha vocación. Solamente le queda el Trabajo de Fin de Grado que, por cierto, también estará vinculado a la fiesta, ya que está trabajando en un Plan de Comunicación de las Hogueras. Está haciendo prácticas en el gabinete de prensa de la Subdelegación del Gobierno y lo compagina trabajando como azafata de eventos.

Uno de sus momentos más especiales fue el día de su presentación: “Lo recuerdo con mucho cariño, sobre todo ese pasillo hacia el escenario… En ese preciso momento fue cuando realmente me di cuenta de que todo estaba empezando”.  Entrar a la mascletà vestida de Belleza también fue algo muy especial para ella, ya que es amante de la pólvora. Pero si tiene que elegir entre todos los instantes mágicos que le han dado las hogueras, se queda con la cremà: “aunque es un momento muy agridulce y de sentimientos encontrados, siempre voy a recordarlo como un día muy especial”.

Ha sido un año lleno de vivencias y una de las más presentes para Miriam sucedió cuando fue a quemar el monumento adulto, ya que no había mecha para encender la traca… Así que tuvieron que poner en la de la infantil un cigarro encendido: “Así encendí mi hoguera, ¡¡con un cigarro!! La verdad que en ese momento de nervios no sabía si reír o llorar, pero lo recuerdo con mucho cariño. Además, la traca se paró justo antes de llegar al monumento… Costó mucho que prendiera… Se resistía”.

Si en mayo llegara a lo más alto, se alegraría por sus padres: “al fin y al cabo ellos son tan partícipes de este año como yo. Ellos también se han esforzado y han hecho lo posible y lo imposible para que todo saliera perfecto. Siempre les estaré agradecida”.

Una de las cosas que más le gusta de la fiesta es “la oportunidad que tenemos los foguerers de conocer gente nueva, personas con las que acabamos compartiendo la misma ilusión, la misma pasión. Al final los recuerdos van acompañados de personas, y es una de las cosas más bonitas que nos podemos llevar de la fiesta”.

También le gusta mucho conocer otras fiestas gracias a la nuestra. Piensa que “la hermandad con otros pueblos o ciudades hacen que podamos enriquecernos más, aprender, compartir y mostrar nuestras tradiciones”. Lo que menos le gusta es la parte que compite. Pero sobre todo la competitividad insana: “eso sí que lo cambiaría. Me gustaría que la fiesta fuera sólo compartir, no competir”.

 

 

De sus trajes de alicantina se han encargado Noelia Rondón y Ninots, mientras que el traje de la Gala del Puerto lo ha dejado en manos de Rubén Hernández. Miriam espera vivir estos meses una experiencia muy especial: “lo que más quiero es exprimir cada segundo, porque el año de belleza ha pasado demasiado rápido y ahora comienza otra aventura de la que quiero, sobre todo, disfrutar. El día de mañana el 2019 y 2020 serán dos años que recordaré con un cariño muy especial y quiero llenar el baúl de muy buenos recuerdos, no perderme nada y sobre todo dejarme llevar en cada momento”.

Miriam expresa un sentimiento final: “sólo puedo decir que haber representado a mi foguera, mi fiesta y mi ciudad ha sido un sueño hecho realidad. Me siento una mujer muy afortunada y privilegiada de haber vivido este año y de empezar esta nueva etapa”.