Si hay un momento en el que la expectación de la gran familia de les Fogueres se une y permanece expectante, casi hombro contra hombro, es en esos Festivales de Elección de les Belleses del Foc y les seues Dames d’Honor, que desde 1998 se vienen realizando en el marco de la plaza de toros de la ciudad.
Artículo de Juan Carlos Vizcaíno. Fotografía del Festival de la elección de la Bellesa del Foc de 1998
Un emplazamiento que cuando se estrenó para la carismática convocatoria, aparecía como el idóneo para poder albergar el enorme poder de convocatoria generado, pero que poco a poco vamos comprobando se va quedando cada vez más insuficiente, para lograr acoger el entusiasmo, y la entrega de ese colectivo de comisiones que, estas noches si, se muestran más apasionados que nunca. Creada en 1932 a partir de un concurso de participantes que aún no representaban a distrito alguno, la figura de la Bellesa del Foc va ligada a la primera joven que ostentó dicho título aquel año; Amparito Quereda. Ya al año siguiente se normaliza la representación femenina de los distritos, siendo Carmen Hernández, representante de Benalua, prolongándose en los años de la II República unas elecciones que se insertaban en actos de cierto relieve, a los que acudían destacadas personalidades incluso de alcance nacional.
En 1940, el retorno de la Fiesta tras la Guerra Civil, incorpora en la Comisión Gestora la figura del Delegado Artístico, que durante décadas –hasta 1979, con la excepción de 1947, y el quinquenio marcado entre 1956 y 1960-, ocuparía el hegemónico Tomás Valcárcel. Provisto de una visión de la puesta en escena quizá hoy día arcaica pero de probado éxito en su momento, creará anualmente el denominado Festival de Arte, que serviría cada año para elegir a las máximas representantes femeninas de les Fogueres. Fueron actos que se desarrollarían en escenarios como el desaparecido Salón Moderno Monumental, al Teatro Principal, el propio Castillo de Santa Bárbara, o incluso la Plaza del Ayuntamiento. En ellos Valcárcel haría extensión de su concepción de la puesta en escena, dominada por el barroquismo y su particular exaltación de la mujer, que en el periodo que Gastón Castelló tuvo que dirigirlos –entre 1956 y 1960-, sustituyó por una adscripción más cercana al folklore e incluso al sentido humorístico de la Fiesta.
De cara a 1980 llegaba un nuevo tiempo para les Fogueres y, con él, la elección del antiguo Pabellón Municipal de Deportes –actual Pabellón “Pitiu Rochel”-, que sería elegido como marco de estos festivales entre dicho año y 1992, en actos dirigidos por figuras como Pepe Espadero y el llorado José Ángel Guirao. Tras la fallida experiencia de 1993 en el recinto de IFA –que hoy día quizá apareciera más atinada, dado el crecimiento del censo festero registrada desde entonces-, a partir de 1994 y hasta 1997 el recién inaugurado Centro de Tecnificación, ejercería como un más desahogado emplazamiento de una cita anual tan carismática. Todo ello hasta que, en una valiente decisión que tuvo su puesta de largo en 1998, se optara por hacer realidad un deseo largamente acariciado; trasladar el acto a la plaza de toros.
Este fin de semana viviremos de nuevo la emoción. El instante en que se hace el silencio para escuchar los nombres de las señoritas y niñas que ocuparán la máxima representación femenina de les Fogueres. Será el momento en que conoceremos a la ochenta y tres Bellesa del Foc d’Alacant. Un privilegio en el que los distritos de Carolinas Altas, Calderón de la Barca-Plaza de España y Rambla de Méndez Núñez -cinco elegidas- y Hernán Cortés –seis belleses-, encabezan esta pequeña historia, de uno de los momentos más mágicos de les Fogueres d’Alacant.